Primera Luna
Así fue la apertura de las Lunas de Platino
Entradas agotadas, lluvia, emoción, la ofrenda de Abel Pintos y cacharpaya hasta el amanecer
Por Andrés Fundunklian
El milagro sucedió una vez más en Cosquín, en la apertura de la edición Lunas de Platino del mayor festival de nuestra música popular. Es que cuando cerca de las 21 se desató una lluvia torrencial en la capital de folklore, pocos creyeron que una hora y media después la noche inaugural estaría comenzando como si nada hubiera pasado y la plaza colmada como marca la historia.
Esa misma magia fue la que esparció Abel Pintos, el gran protagonista de la primera luna, con una presentación en la que repasó gran parte de su trayectoria y regaló algunas perlas del cancionero folklórico como es costumbre en sus shows festivaleros.
“La responsabilidad de estar en Cosquín no se sortea con los años”, dijo un Pintos conmovido en la conferencia de prensa en la que lamentó no haber podido traer el espectáculo junto a Luciano Pereyra por cuestiones de logística y además destacó el trabajo que viene realizando con La Matera, el proyecto agroecológico que viene desarrollando desde hace algunos meses en Mercedes, provincia de Buenos Aires.
Ese compromiso que siente Abel con Cosquín se traslada también al escenario y la plaza siempre lo agradece, y lo retribuye acompañando con su canto. Como cuando comenzó con Sueño dorado, las pantallas sacaron a relucir su brillo y el coro de la Próspero Molina dijo presente. O cuando interpretó La Flor Azul, la chacarera de Mario Arnedo Gallo que grabó en su disco debut hace casi 30 años.
Luego de algunos temas muy coreados como Tu voz, Pájaro cantor y el más reciente Cuántas veces, el cantante bonaerense acompañado por su banda siempre precisa que incluyó arreglos de vientos que hicieron la diferencia, cerró a puro cuarteto con Que me falte todo, una colaboración reciente junto al cordobés Luck Ra.
Para los bises quedaron Motivos y De solo vivir, con la plaza cantando a pleno, cambio de vestuario y la silueta de Abel brillando en las pantallas.
Comienzo demorado y a puro sentimiento
Tras una reprogramación de media hora debido a la intensa lluvia caída un rato antes, la primera luna que colgó el cartelito de entradas agotadas varias horas antes del comienzo, había arrancado con el Himno Nacional Argentino interpretado en gran forma por Julia Zenko acompañada por Lito Vitale en el piano.
El potente “¡Aquí Cosquín!” que Claudio “Pipulo” Juárez soltó al aire pareció a ayudar a mover las nubes que todavía se mostraban amenazantes luego del aguacero que provocó complicaciones en varias localidades aledañas y demoró el ingreso del público.
El Ballet de la Escuela Municipal de Folklore estrenó “Ser camino”, un cautivante espectáculo musicalizado con el tradicional Himno a Cosquín que servirá de apertura de las próximas lunas. Para prestarle atención a cada detalle.
La banda encargada de abrir la noche musical fue Ahyre, uno de los premios “Consagración” de 2024, en una acertada decisión de retomar una tradición del festival.
El grupo salteño abrió su show con Las ideas, uno de sus singles más recientes, y transitó por diferentes climas muy celebrados por el público. Hasta se dieron el gusto de invitar a Juan Carlos Baglietto para hacer una emocionante versión de El témpano, clásico de Adrián Abonizio que el cantor rosarino popularizó hace más de cuatro décadas.
A continuación llegó “Luna Cautiva”, el espectáculo conceptual dirigido por el mencionado Vitale que tuvo a los propios Zenko y Baglietto, acompañados por dos voces de la nueva generación de la música popular: Ángela Leiva y Rodrigo Tapari, quienes deslumbraron con sus interpretaciones de clásicos del folklore.
“La elección del repertorio fue una bajada de línea artística”, enfatizaron en la conferencia posterior Vitale y Baglietto, haciendo referencia a himnos de la talla de Yo vengo a ofrecer mi corazón, Como la cigarra, La maza, Tonada de un viejo amor y la siempre emotiva Amor ausente de Pacheco-Bechara y popularizada por el trío cordobés Eruca Sativa.
Para el cierre dejaron la zamba de otro emblema cordobés como Chango Rodríguez, que le dio nombre a un segmento muy celebrado por el público.
Luego del vientista Jorge Alberto Taborda, ganador del Pre Cosquín como Solista Instrumental proveniente de la Sede Esperanza (Santa Fe), Mery Murúa dejó su huella en el Atahualpa Yupanqui de la mano de su encantadora voz, una banda ajustadísima y la frescura que la caracteriza.
Un repertorio de canciones propias que le valieron un premio Gardel y un ocurrente homenaje al compositor transerrano Ramón Cortez que la plaza acompañó con palmas y coros.
Luego pasó la Delegación de Japón; el grupo femenino Voces de Tribu, ganador del Pre Cosquín como Conjunto Vocal desde la sede Comodoro Rivadavia (Chubut) y el necesario bloque tanguero con el Esteban Morgado Cuarteto junto a la gran voz de Guillermo Galvé.
Ya bien entrada la madruga, la Cacharpaya que terminó al amanecer del domingo, presentó a Pablo Lozano, Suyai, La Barbarie Ballet (Mención Espectáculos Callejeros 2024), Lucas Cáceres, Melina Cabocota, el Dúo Aruma y Gualicho. La fiesta, garantizada.
Domingo de festejos
La segunda Luna de Platino promete convertirse en un gran patio santiagueño este domingo con la gran celebración por los 40 años del Dúo Coplanacu junto a invitados de lujo como Orellana Lucca, Horacio Banegas y Peteco Carabajal, entre muchos otros.
También la siempre esperada presentación de Raly Barrionuevo, el festejo por las dos décadas de trayectoria de Bruno Arias, la local Paola Bernal y el espectáculo Herederas con Silvia Lallana, Roxana Carabajal, Eli Fernández y Cecilia Mezzadra.
Otra noche para que el milagro siga sucediendo.
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